CARRERA H2O CASTELLÓN

      ¿Cómo consigues que ocho miembros de jarra y pedal se apunten a una carrera competitiva? Prometiéndoles un jamón. Así fue en el pasado y así sigue siendo.

      Con ese espíritu, la de conseguir una paletilla, ocho miembros de la cada vez más prestigiosa sección de Garra y Jarra corrimos este domingo la carrera H2O de Castellón. Una 10 K que tod@s conseguimos acabar. Con lo que para esta Semana Santa ya volvemos a tener un jamón para compartir con todos vosotros en nuestro local social: el banco del Rey. ¡Pero ojo! Hasta que la última miembro de nuestro equipo pasó la meta –la increíble Bea, que merece un monumento– el camino estuvo lleno de vicisitudes que os paso a relatar.

        Si no recuerdo mal, todo empezó para fin de año. Alguien lo propuso, y no sé si sería por efecto del empuje que da la última noche del año o por alguna otra razón, en pocos segundos el equipo estaba formado. Es posible que a la mañana siguiente alguien se arrepintiera pero ya no había vuelta atrás.

Semanas después tocaba apuntarse y elegir nombre. Ahí apareció Kuasi y su inagotable imaginación. Él propuso el nombre y todos estuvimos de acuerdo. Acababa de nacer, para pavor de los habitantes de las tierras de La Plana, “Somarro Team”.

SOMARRO TEAM, born to be legend

    Ya teníamos equipo, ya teníamos nombre para el equipo, ahora sólo faltaba entrenar para llegar al día de la carrera en las mejores condiciones. Poco importaba que de los ocho miembros, tres nunca antes habían participado en una carrera, poco importaba que alguno, como el Kuasi, no haya podido apenas entrenar este invierno por las bajísimas temperaturas de Aliaga y poco importa que justo el día de antes de la carrera tuviéramos una baja. Sí, como suena, justo el día de antes no teníamos paletilla porque el equipo se había quedado en siete miembros. Y es aquí donde quiero destacar el increíble, el extraordinario comportamiento de Bea porque no puso reparos en apuntarse a la carrera de 10 kilómetros a pesar de que la máxima distancia que había corrido seguido en su vida no llegaba a 3 kilómetros. ¿No es increíble el espíritu de equipo? A mí me lo parece.

        A partir de aquí, cada uno hizo su carrera. No es lo mismo la de John y Pili que era su primera carrera que la de Olga que quería bajar de 49'. No es lo mismo la de Kike que quería rondar los 45' que la de Belén que quería estar por la hora. O no es lo mismo la del Kuasi que quería probar a ver cómo le había sentado el invierno que Bea que para su nivel de entrenamiento una 10 K se convertía en una ultratrail. 

Somarro team, dando miedo

       Para mi las 10 K es una distancia complicada. Nunca me acabo de sentir cómodo. Sin duda prefiero distancias más largas donde poner a prueba el motor diesel. No sé, para mi 10 kilómetros es una distancia muy anaeróbica. Y lo dicho, ya tenemos una edad que funcionamos mejor con diesel que con gasolina.

        De todas formas, el circuito, a pesar de que no te llevan por la parte más bonita de la ciudad, es ideal para hacer tiempo. No en vano estamos en Castellón de La Plana. Y el ambiente, espectacular. Más de 2.000 participantes, dos grupos de música en directo en el recorrido, temperatura mediterránea. ¿Qué más se puede pedir?

        Mi táctica en estas carreras siempre es la misma. Los dos primeros kilómetros me testeo y según sensaciones hago una cosa u otra. Aquí llegué a los 2 K con 8' 33'', y a pesar que del kilómetro 5 al 6 pegué un bajón, la acabé como la empecé, a 4' 15'' el kilómetro. Total 42' 39''. Y como mi objetivo era bajar de 43', pues conseguido. Aunque me voy con la sensación de que ya poco más voy a mejorar en las carreras de 10 K y mi sueño de bajar de 40' creo que lo tendré que dejar para una futura reencarnación.

Con la paletilla

        La entrada a meta del Somarro Team:

          Poco más se puede contar. Que todos acabamos con ganas de repetir para el año que viene. Que os recomiendo a aquellos que no sepáis que hacer con el mes de febrero os acerquéis por el mediterráneo. Cuantos más seamos, más reiremos y más jamones conseguiremos. Y que la paella de después en el Alfredo de nuevo le volvió dar la razón a los de “El último de la Fila”: “A comer un arrocito en Castellón...”

 

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